sábado, 27 de mayo de 2017

JAIME GARCÍA-TORRES NOS HABLA SOBRE SU NOVELA: "EL LECTOR DE SUEÑOS"

1) Este cuestionario lo leerán muchas personas, algunas no te conocerán. Preséntate a tus nuevos lectores.

Soy Jaime García-Torres Entrala, fiscal de la Audiencia Provincial de Granada, y escritor en los pocos ratos libres que me deja mi actividad profesional. El Aroma de Bitinia fue mi primera novela; y, pese a que en esta obra se continúa con la historia de la saga familiar, no es en ningún caso una segunda parte. El público puede adentrarse perfectamente en los pormenores del Lector de Sueños, sin ninguna dificultad, y sin necesidad de conocer detalles de la novela anterior


2) Dinos, lo más resumido que puedas, cuál es el tema central de tu novela, en qué tiempo se desarrolla y qué has querido transmitir con ella.

Es una historia trenzada, con tramas diversas, en la que se tratan temas universales e intemporales, como el amor, el desamor, el poder y la ambición, que son cuatro puntos cardinales que han estado presentes desde el inicio de la humanidad; y todo ello en un marco escénico apasionante, como era la ciudad de Gades en el siglo I a.C. Pero siempre partiendo de que la ambientación histórica es un elemento más y que, en ningún caso, resta protagonismo al tema de fondo, que no es otro que la búsqueda de la felicidad.

3) ¿Se ha publicado en papel o en digital? Dinos con qué editoriales y no dudes en poner su página web para que podamos conocerlas.

La novela se ha publicado en papel, con la editorial Miguel Sánchez, de Granada. Su página de contacto es http://edicionesmiguelsanchez.com. De momento, no se ha contemplado la posibilidad de publicar en digital, pero tampoco se descarta.

4) Los autores nos encariñamos con nuestros personajes. Háblanos de ellos y dinos cuál es tu preferido.

Todos los personajes de la novela son especiales para mí, pero destaca de entre todos ellos el esclavo Dionisio, el mentor de la familia Horacio, que representa todo el conocimiento clásico. Es, como dice el protagonista Marco Horacio, un anciano débil pero, a la vez, una fortaleza intelectual inexpugnable. Y a mí, personalmente, lo que más me atrae de la trama es la pugna filosófica que mantienen ambos, amo y esclavo, y que resulta emocionante.


5) Las ideas surgen como chispas, a veces nos vienen cuando menos nos lo esperamos. ¿De dónde partió la idea de escribir esta historia?

La historia de Roma es siempre apasionante, y es fácil encontrar en ella la inspiración, porque es nuestro antecedente histórico y el origen de muchas de nuestras costumbres y tradiciones, las cuales se entienden mucho mejor si se conoce la fuente de la que provienen. A mi me resulta curioso descubrir, por ejemplo, que un contubernio, que en época romana era una tienda de campaña militar destinada a alojar a ocho legionarios, hoy sirva para denominar un acuerdo con fines censurables. 

6) La novela histórica es un trabajo muy arduo. ¿Cuánto tiempo te llevó documentarte y recopilar todos los datos suficientes para desarrollarla? 

El proceso de escritura, cuando se usa un escenario histórico, como en este caso, suele ser prolongado, porque hay que destinar mucho tiempo a la documentación. Para El Lector de Sueños se ha empleado un año y medio aproximadamente entre documentación y escritura. Las fuentes bibliográficas que he usado han sido, principalmente, trabajos universitarios y tesis doctorales, referidas básicamente a la antigua Gades y el templo de Melkart, lugar en el que, según decían, reposaban los restos del mítico Hércules. Y para conservar el rigor histórico de la novela, todos los capítulos han sido supervisados por un historiador graduado en la Universidad Autónoma de Madrid, Héctor Manuel Vázquez Dovale.

7)¿Qué fue lo más anecdótico que te encontraste en esta documentación?

La obra se desarrolla primero en Roma, y después en Gades, ciudad que tenía una configuración totalmente distinta de la que conocemos hoy. Gades estaba formada por tres islas, Erytheia, Kotinoussa y Antípolis, y decían que era lo que quedaba del imperio sumergido de la Atlántida. Y, además, la zona que actualmente ocupan las marismas del río Guadalquivir, era un inmenso lago, el lago Ligustino, que permitía la navegación marítima desde Gades hasta, prácticamente, las puertas de Híspalis. Lógicamente, llevar a los protagonistas por estos escenarios novedosos, puede resultar muy atractivo para el lector.

8) ¿Por qué crees que esta novela merece ser leída?

Curiosamente, y pese a que la novela transcurre en el siglo I a.C., trata un tema universal, que es la búsqueda de la felicidad mediante la liberación de las cadenas que aprisionan nuestro espíritu. Y partiendo siempre de que toda novela pertenece al genero de la narrativa; y, como tal, debe tener un narrador, una o varias tramas, un tema de fondo y una ambientación. Si se quitase la escenificación, se podrían mantener perfectamente la trama y el tema de la novela, usando cualquier otro escenario, clásico o contemporáneo, y con los lógicos reajustes. Y ese es el aspecto que, a mi juicio, hace tan atractiva esta novela: el escenario histórico, pese a ser riguroso, no se superpone al resto de elementos de la obra.

9) Déjanos abrir boca. ¿Nos permites leer un trocito de ella? 

El trino melódico de las aves del jardín de Astarté y el lejano graznido de las gaviotas acompasaron con su reclamo la creciente luz del amanecer gaditano, provocando que me despertara lentamente, sin sobresaltos, y con la sensación de haber descansado plácidamente, pese a que mis angustiosas pesadillas de la noche seguían repitiéndose a diario y durante las primeras horas del sueño. 

La bella Anaid dormía plácidamente y no me atreví a despertarla. Al observar con detenimiento la belleza de su desnudez, el contorno de su cuerpo juvenil y la calidez de su expresión relajada, me reconfortó poder estar con ella. Le había prometido a la sacerdotisa del templo una sustanciosa suma de dinero, con la condición de que me reservara con exclusividad el cuerpo de Anaid. Por ello, al contemplar su perfil anaranjado por la luz del amanecer, me alegré de mi elección. Era la cuarta noche que pasábamos juntos, pero tenía la sensación de saberlo todo sobre ella. Su conversación cómplice, sus suaves y cálidas caricias, y el tono cadente de su voz, susurrándome al oído los misterios del amor, habían provocado en mí la agradable sensación de conocerla mucho más de lo que podrían dar de sí los escasos encuentros. En esas cuatro noches, y después de amarla, ya había tenido la ocasión de hablarme sobre su infancia en Gades, del temprano fallecimiento de sus padres, de sus juegos en las interminables playas de arena blanca con la compañía de su hermana pequeña Adama, y del acogimiento de ambas en la familia de su acaudalado tío Hyrum.

La noche había sido larga e intensa, y tuvimos tiempo para conversar, para reír y para amarnos sin pensar en el transcurso de las horas, seduciéndonos como dos amantes prisioneros recluidos en una sensual estancia. A las confidencias siguieron las risas, y a las risas los abrazos. Después, tras embrujarme con la mirada de sus negros ojos, se entregó a mí otra vez, con ardor y complacencia, como si yo fuese el único hombre sobre la tierra, hasta que, finalmente, caí en un profundo y cálido sueño. 

Con los primeros rayos de luz iluminando la estancia, acaricié su tersa piel para despertarla lentamente; abrió los ojos, me sonrió y me besó con sus dulces labios.

— ¿Ya te vas, romano?

—No, aún es temprano para marcharme. Y no quiero que me llames así, Anaid. Mi nombre es Marco.

—Marco el romano, pues…

—Con Marco es más que suficiente, gaditana —le dije, mordisqueando su oreja.

Anaid se giró, puso sus manos sobre mi rostro y me estiró la piel con delicadeza, como si quisiera borrar de mis mejillas y mis ojos las incipientes marcas que ya surgían sobre la piel, delatando mi edad.

— ¿Acaso soy mayor para ti, gaditana?

miércoles, 3 de mayo de 2017

MUSTAPHA BUSFEHA NOS HABLA SOBRE SU NOVELA: BABUCHAS NEGRAS.


1) Este cuestionario lo leerán muchas personas, algunas no te conocerán. Preséntate a tus nuevos lectores.

Me llamo Mustapha Busfeha García. Nací en Larache (Marruecos) en 1945, de padre marroquí y madre granadina. Estudié Ciencias Políticas y Económicas en la Complutense de Madrid, y me especialicé en Relaciones Internacionales y Derecho diplomático. Así mismo cursé estudios de Ciencias Sociales en la Pontificia de Salamanca. 

En paralelo a mi vida profesional, he colaborado en varias publicaciones de carácter cultural y formé parte del equipo de redacción de “Les guides bleus” (Editorial Hachette, Paris) para el volumen: “Marruecos” en su parte histórica,pronunciando también diversas conferencias sobre todode carácter histórico. Una vez alcanzada la jubilación me he dedicado a lo que es mi pasión: la investigación y la historia. Fruto de ello fue la publicación de mi primera novela: “La casa del cobertizo” y mi intervención en: “Dolor tan fiero” Relatos para Teresa de Jesús V Centenario, con el relato: “Edicto de gracia”

2)¿Cómo se llama tu nueva novela?

“BABUCHAS NEGRAS”

3)Dinos, lo más resumido que puedas, cuál es el tema central de tu novela, en qué tiempo se desarrolla y qué has querido transmitir con ella.

Si en “La casa del cobertizo” los temas centrales eran el amor y la amistad, en “Babuchas negras” lo serán el amor, (el amor siempre), a la persona, al ideal, a su lugar de nacimiento…), y la lealtad. La novela se desarrolla entre la segunda mitad del siglo XVI y la primera década del siglo XVII y la resumiría diciendo que es la persecución constante de un sueño, (¿qué es sino la vida?), por parte de sus protagonistas, pues no hay uno sólo en la novela. ¿En qué sueña el corsario El Hayani? ¿Cuáles son los sueños de los dos Felipes de la época? ¿Cuál es el anhelo del rey D. Sebastián? ¿Cuál es la meta de Ahmed Al Mansur? Y sobre todo ¿qué sublime utopía mueve al joven Diego de Guevara?

En “Babuchas negras” hay una representación de todo el orbe conocido, hay una diversidad ingente de escenarios, hay un mundo que gira con velocidad en torno a los navíos, en los campos de batalla, en los desiertos, en las cortes de Estambul,Madrid,Lisboa, o Marraquech. Y es un mundo que gira igualmente en los ojos de quienes miran, ojos azules, muy azules, ojos taimados, ojos inocentes, ojos traidores y ojos enamorados. En “Babuchas negras” no nos encontramos sólo con el relato de una historia, hay varias historias que van ensamblándose entre sí (espero que con coherencia y ritmo) hasta llegar a los finales parciales del libro, porque tampoco es libro de un sólo final.

4) ¿Se ha publicado en papel o en digital? Dinos con qué editoriales y no dudes en poner su página web para que podamos conocerlas.

La novela ha sido publicada por Ediciones Lacre perteneciente al sello editorial ÁLTERA. Existe en los dos formatos, papel y digital. En su versión digital se puede encontrar en EL CORTE INGLÉS y en ambas versiones en AMAZON, AGAPEA, LA CASA DEL LIBRO y algunas más…

5) Los autores nos encariñamos con nuestros personajes. Háblanos de ellos y dinos cuál es tu preferido.

Como ya expresé en una ocasión anteriorlos que nos dedicamos a este género de la novela históricasolemos mezclar personajes reales con aquellos nacidos de la imaginación del escritor. A lo largo de la narración encontraremos muchos personajes históricos como Sebastián de Portugal, el capitán Aldana, Felipe II y Felipe III, Abdelmalik, Ahmed Al Mansur llamado “el Dorado”, el corsario granadino Al Dugali, Mahmud Káti (el godo), Diego de Guevara, el “Príncipe Negro”... Entre los imaginarios hay que citar al corsario El Hayani (junto a Diego de Guevara, serán los personajes motrices de la obra), a Lucía hermana ficticia de Diego de Guevara, el granadino Alí Tuzani, amigo inseparable de Diego, Matías de la Iglesia, Yasmina … ¿Cuál es mi preferido? No sería uno sino cuatro; dos reales, me refiero a Abdelmalik (pudo haber sido el mejor rey de la historia de Marruecos) y a Diego de Guevara, personaje real, pero del que apenas se sabe nada en la primera etapa de su vida que yo me he permitido novelar.

En cuanto a los imaginarios El Hayani, corsario, pero a su vez agricultor, es todo un patriarca que aglutina en torno a sí la tierra y el mar, que jamás se casó para no ser infiel a esos dos amores pero que es capaz de apadrinar a unos chiquillos rescatados de las tierras andaluzas.

Otro personaje entrañable es Matías de la Iglesia que más tarde será conocido como Ismael Rondilla por ser la Rondilla de Granada el lugar en que se había criado y que según él, la crianza en esa zona enseñaba más que Salamanca y Al Qarawiyyin juntas.

Y por supuesto, aunque se me pueda acusar de “un brin chauviniste”, una gran protagonista de la novela es aquella verdadera escuela de convivencia de las tres culturas llamada Larache, ciudad de la que me siento muy orgulloso de ser hijo.


6) Las ideas surgen como chispas, a veces nos vienen cuando menos nos lo esperamos. ¿De dónde partió la idea de escribir esta historia?

Más que una idea que surge como chispa, que es lo que me ocurrió con “La casa del cobertizo”, en este caso ha sido un deseo imperioso de escribir sobre tres temas que me apasionaban desde hacía mucho. En principio, tenía el proyecto de escribir separadamente sobre cada uno de ellos, pero entonces, ahora sí surgió la chispa, se me ocurrió que podría hilvanarlos a través de un personaje que por haber participado en los tres temas sirviese de hilo conductor. Diego de Guevara era el idóneo puesto que está probada su presencia activa en dos de las tres empresas y cómo la primera parte de su vida es en la práctica desconocida…

Por cierto, antes de comenzar a escribir una sola palabra, ya tenía en mente el título: “Babuchas negras” y lo paradójico es que hasta la última hoja de la novela (pág. 581) no se sabrá el porqué de ese título.

7) La novela histórica es un trabajo muy arduo. ¿Cuánto tiempo te llevó documentarte y recopilar todos los datos suficientes para desarrollarla?

Terminé “La casa del cobertizo” en marzo del 2014 y comencé de inmediato con “Babuchas negras”, por lo que han sido tres años justos de trabajo. Encontré material suficiente que queda detallado al final del libro.

8) ¿Qué fue lo más anecdótico que te encontraste en esta documentación?

Es obvio que a medida que investigas vas topándote con hechos que hasta entonces desconocías. He vivido, por motivos laborales, en Marrakech durante algo más de tres años; habré pasado centenares de veces por un barrio llamado: “Riad al Zaitun” que, traducido al granadino, y digo bien al granadino, sería “Carmen de los olivos”. Me constaba que ese barrio fue creación de los andaluces que fueron concentrados en Marrakech y que serían la base del futuro cuerpo de ejército puramente andalusí. Lo que ignoraba es que la mayoría de ellos eran originarios de Órgiva y que cambiaron ese nombre del barrio por el de “Órgiva la nueva”

Otro hecho que me sorprendió fue el conocer la estrecha amistad que unió al “Príncipe Negro” y a Lope de Vega que incluso le dedicó poemas y una obra de teatro.

En lo que se refiere a la “documentación de campo”,en una visita que hice al lugar en que se dio una importante batalla descrita en el libro, quedé desconcertado por el hecho de que por donde corría un rio impetuoso con un considerable caudal que fue capaz de ahogar a decenas y decenas de personas, entre ellas un rey, no se viese hoy ni una sola gota de agua. Los restos de un puente siguen existiendo, pero bajo él, reina la sequedad más absoluta.

9) ¿Por qué crees que esta novela merece ser leída?

Reitero lo que comenté cuando respondí a vuestras preguntas sobre “La casa del cobertizo” Yo creo que toda novela merece ser leída porque como dijo Plinio y siglos más tarde se lo apropiase Cervantes, “No hay libro malo que algo bueno no tenga” Independientemente de que nos guste o no, siempre sacaremos algo que nos plazca o que tal vez desconocíamos. Mi hijo mayor suele decir que admira el oficio de escribir “porque el escritor a la hora de crear una obra se está entregando en la totalidad de su ser”, “está dando todo lo que tiene”. Estimo que sólo por eso merece que se le lea.

10) Déjanos abrir boca. ¿Nos permites leer un trocito de ella?

Pues mirad, así comienza “Babuchas negras”

CAPÍTULO I

En la Alcarria, por tierras de Guadalajara, en la vega del río Matayeguas, hay una villa llamada Lupiana y, cerca, entre frondosos bosques, se encuentra el monasterio de San Bartolomé.

Un anciano fraile lee su libro de rezos mientras camina fatigado por el elegante y magnífico claustro renacentista; cansado, se sienta, cierra el libro y, echada hacia atrás la cabeza, contempla el bellísimo artesonado de madera finamente tallada, así como los detalles labrados de forma primorosa sobre los arcos, ovas y rosetas; escudos de la orden que representaban al león bajo capelo, las hermosas imágenes de San Jerónimo, San Pedro, San Pablo, San Juan, la Virgen María. No se cansa de contemplar los riquísimos capiteles, así como sus exquisitas tallas entre las que se distinguen: cabezas de carneros, calaveras, grifos, angelillos…

El prior, pues del prior se trata, cierra los ojos dejando que su mente navegue entre los muchos pensamientos que se acumulan; hoy le han dicho por ejemplo, que en Mancera, allá por tierras de Ávila o Salamanca, que no estaba muy seguro a quién pertenecía ese pueblo, un tal Juan de Yepes, al que ahora llaman Juan de la Cruz, ha fundado un convento de la nueva orden del Carmelo descalzo en seguimiento probable de la ya famosa Teresa de Cepeda, aquella monja andariega que no cesaba, a pesar de los pesares, de fundar conventos carmelitas allí por donde pasaba, que parecía que no había fuerza capaz de detenerla. Aquella mujer, -pensó- salíase de lo común, y como toda persona cuya vida saliese de lo común habría de tener mucho cuidado con la Inquisición, más aún cuando se dice que es descendiente de judíos.

Pero en aquellos momentos lo que más preocupaba al prior eran las noticias procedentes de Granada. Aquella terrible tragedia de la guerra de las Alpujarras, una guerra sin cuartel de españoles contra españoles, estaba a punto de finalizar. Montañas y caminos, aldeas y pueblos ahogados en torrentes de sangre estaban despoblados. En el mes de septiembre de 1570 Don Juan de Austria, hermanastro del rey Felipe, el duque de Sesa, nieto del Gran Capitán, y el comendador mayor de Castilla Don Luis de Requesens designado por el rey como mentor de su hermano, bañaron en sangre y fuego todas las Alpujarras mientras daban caza a los últimos grupos de moriscos que hambrientos y desarmados se batían en retirada. El marqués de Modéjar, nieto del recordado Conde de Tendilla, que al principio casi había logrado sofocar la rebelión y que se vio en ocasiones forzado a actuar a veces con verdadera crueldad fue suspendido y relevado de sus funciones por ser “blando” con los moriscos según le acusaba ante el rey el presidente de la Audiencia el fanático anti morisco Pedro Deza. Todo hombre era pasado a cuchillo, las mujeres y los niños cautivados y luego distribuidos como botín entre los soldados. Los pocos moriscos que quedaban se refugiaron en las numerosas cuevas existentes con la esperanza de pasar inadvertidos para poder más tarde huir hacia las costas donde tratarían de pasar al otro lado de la mar.

- ¡Taponad bien las entradas! ¡Acumulad más haces de leña! ¡Mojad algo esa paja! –gritaban los capitanes de Requesens ante las bocas de las cuevas en las que sospechaban, o sabían por los espías y renegados, que había moriscos. 

Frente a las hogueras y al humo que asfixiaban a los perseguidos se situaban las tropas de Requesens; a medida que los sofocados moriscos asomaban para rendirse mataban a todos los hombres y dejaban sólo con vida a algún que otro anciano, a las mujeres y a los niños. Los vendían después como esclavos y por ser tantos, según le daban a conocer las cartas que al prior habían llegado, el precio era muy bajo. 



lunes, 10 de abril de 2017

ÁLVARO ARBINA NOS HABLA SOBRE SU NOVELA: "LA MUJER DEL RELOJ"

1) Este cuestionario lo leerán muchas personas, algunas no te conocerán. Preséntate a tus nuevos lectores.


Soy Álvaro Arbina, un joven de 26 años con la incertidumbre de un recién salido al mundo de los adultos, el laboral, el de la emancipación. Se acabó la universidad e intento abrir puertas sin mirar demasiado lejos. Ahora estoy centrado en la literatura, aprovechando esta oportunidad que se me ha brindado. Me gusta la sencillez, escribir, leer, ir al cine, salir a correr por el monte, dedicar mi tiempo a los seres queridos. Intento no desviarme de eso, a la larga es lo de verdad tiene importancia.

2) ¿Cómo se llama tu nueva novela?

La mujer del reloj, Ediciones B, 2016.

3) Dinos, lo más resumido que puedas, cuál es el tema central de tu novela, en qué tiempo se desarrolla y qué has querido transmitir con ella.

La mujer del reloj es una novela de carácter histórico, a caballo entre el thriller y el género policíaco, que transcurre a lo largo de los cinco años que duró la guerra de la Independencia (1808-1813). 

Lo que he pretendido con ella es hacer sentir a otros lo que yo a veces siento leyendo. El germen que me llevó a escribir, a embarcarme en una empresa tan sacrificada como esta. Es una fuerza superior a mí, que me gustaría poder transmitir a los lectores, poder hacerles sentir ese placer, esa seducción por un mundo y unos personajes. Una novela pageturner, como dicen los ingleses. Y me gustaría que, al final, tras la última página, sintieran un momento de suspense, de silencio. Ese momento en el que crees haber aprendido algo, que has reflexionado sobre lo que somos y sobre lo que nos rodea. 

4) ¿Se ha publicado en papel o en digital? Dinos con qué editoriales y no dudes en poner su página web para que podamos conocerlas.

Se ha publicado en ambos formatos con Ediciones B, en su colección histórica. 

http://www.edicionesb.com

5) Los autores nos encariñamos con nuestros personajes. Háblanos de ellos y dinos cuál es tu preferido.

Tal vez mi preferido sea Louis Le Duc, el antagonista de la novela. Porque ésta es una historia clásica, de héroes y villanos en la contraportada, y de tonalidades grises en las tripas de la novela. Después de tanto tiempo, el francés es un personaje que aún me sigue asustando.

Julián Aldecoa Giesler es el eje de la novela, el protagonista, nuestra mirada principal de lo que sucedió. Él es el puente que me permite unir dos épocas. Es, probablemente, la razón de que pudiera escribir esta novela sin perderme en arenas movedizas. 

Román Giesler, el mentor de Julián, Clara Díaz de Heredia, el contrapeso del amor…


6) Las ideas surgen como chispas, a veces nos vienen cuando menos nos lo esperamos. ¿De dónde partió la idea de escribir esta historia?

Realmente desconozco con exactitud el origen de La mujer del reloj. Creo que aglutina vivencias, aprendizajes, recuerdos y emociones que, de alguna manera, terminaron entrando en mí para quedarse. No es una historia concreta, tal vez sea la mía, y con esto no quiero decir que hable sobre mi vida. Sino que toda novela se basa en la historia desordenada e inconexa que lleva el escritor dentro. Él decide lo que emplea en la escritura. Él juega con lo que tiene. Al fin y al cabo, escribir es eso, cosechar lo sembrado en el pasado. Extraer lo que uno lleva dentro. Inspirarse en lo que existe para crear algo nuevo. 

7) La novela histórica es un trabajo muy arduo. ¿Cuánto tiempo te llevó documentarte y recopilar todos los datos suficientes para desarrollarla?

Dos años de escritura, compaginados con la universidad. Los primeros diez meses fueron de maduración de la idea y documentación, que va ascendiendo en grados de profundidad, hasta alcanzar la verosimilitud y realismo para construir un mundo autosuficiente, que transporte al lector a principios del siglo XIX. Bebí de todo tipo de fuentes, descubriendo que algunas eran más efectivas que otras. Al fin y al cabo, era mi primera novela, y tenía que exprimir al máximo mis capacidades como autodidacta. Los libros de historia sirven para entender la época desde una perspectiva global, pero al mismo tiempo ofrecen los matices y detalles necesarios para adoptar diferentes puntos de vista, con sus contradicciones y complejidades, que explican realmente lo que sucedió entonces. Sin embargo, para escribir una novela uno necesita introducirse en el ambiente, mirar a través de la gente que entonces vivió, caminar entre ellos, entre sus calles y paisajes. Para ello es necesario leer mucha literatura. Y yo retomé muchos de los libros que me habían marcado siempre: aventuras de Pérez Reverte y Ken Follet, clásicos de la literatura… Pero la lectura era diferente, ya no consistía en el puro entretenimiento. Era un análisis, un intento de leer entre líneas, de descifrar los pilares que sostienen una novela, los trucos de aquella magia, de aquella pasión que generaban en mí. 

8) ¿Qué fue lo más anecdótico que te encontraste en esta documentación?

El episodio de la isla de Cabrera, el que dicen fue el primer campo de concentración de la Historia. Allí fueron hacinados más de catorce mil prisioneros franceses. Al final de la guerra sólo quedaban tres mil. No es sencillo encontrar información de lo que sucedió en esta isla prisión, desconocida para muchos; parece enterrada por los que construyeron la Historia.

9) ¿Por qué crees que esta novela merece ser leída?

Prefiero que antes de escucharme a mi hablar fuera de la novela, intentando venderla, se pregunte a otro que la haya leído. La promoción es indispensable para sobrevivir en este mundo, pero un autor no debería hablar fuera de la novela. Su territorio está acotado. Es ese. Las páginas entre las tapas donde va inscrito su nombre. 

10) Déjanos abrir boca. ¿Nos permites leer un trocito de ella? 

Prólogo del La mujer del Reloj:

La habitación está vacía. 

Sólo hay un escritorio de nácar, en el centro, con varios cartapacios de cuero perfectamente ordenados, con un cenicero, una caja de cigarrillos, un candil, un tintero y una araña de cristal como pisapapeles. Sólo hay un sillón tapizado, una alfombra exótica, dos vitrinas llenas de objetos de oro y plata, varios cuadros y una escultura de origen griego. Sólo hay cuatro paredes, iluminadas por candelabros y cubiertas por cortinaje y un frisón de madera tallada.

Sólo hay un hombre, sentado sobre el sillón tapizado y con un cigarro humeando en la mano. 

Sólo hay un hombre, con el rostro oscuro, envuelto en tinieblas, velado por halos de humo que se suspenden en el aire. Sólo hay un hombre, un hombre que vaga a la deriva, un hombre que cree haber perdido el alma.

Sus ojos, antaño intensos y bellos, carecen de brillo, y yacen hundidos en el abismo de la desesperanza. Su mirada busca un anhelo, y se posa en la luz de un candil cercano, en un extremo de la mesa. Sus haces amarillentos parecen aliviar su mente, envolviéndola en un manto cálido y haciéndola viajar en el tiempo, muchos años antes, al origen de sus recuerdos, los recuerdos de la historia que le ha llevado a una habitación vacía…






jueves, 30 de marzo de 2017

CAROLINA MOLINA NOS PRESENTA SU NOVELA: CAROLUS

1) Entre tu primera novela «La luna sobre la Sabika» y la última «Carolus», salida recientemente, han pasado quince años, qué crees que ha cambiado en el mundo del libro desde entonces. 

Ha cambiado mucho, tanto que se puede decir que ha habido una revolución del sector editorial. El libro electrónico, la piratería, la autoedición y la crisis económica y de valores que han llegado después han afectado al mundo del libro. La oferta es muy grande, no siempre esto quiere decir que sea mejor, pero hoy con todo este negativismo que vemos en librerías y editoriales hemos unido fuerzas y ahora me parece que los escritores están más unidos que nunca y con un proyecto común. Las redes sociales han dado voz a todos ellos y ahora sabemos qué es lo que nos preocupa.

2) Cuéntanos qué o quién te impulsó a escribir. 

No lo sé muy bien. De pequeña tenía dificultades con aprender a leer y yo misma me encerraba en mi cuarto a practicar. Mi primer libro fue «Mujercitas» y me impresionó el personaje de Jo March. Un buen día mi padre compró una máquina de escribir, una Olivetti del 68 que aún conservo. Tendría yo nueve años, empecé a aporrearla y me di cuenta de que era muy sencillo escribir historias como hacía Jo. Fue algo instintivo, ya nunca más me separé de la Olivetti y luego del ordenador.

3) ¿Cómo se llama tu nueva novela?

Se llama «Carolus » con el subtítulo: «En el Madrid de Carlos III nada es lo que parece»

4) Dinos, lo más resumido que puedas, cuál es el tema central de tu novela, en qué tiempo se desarrolla y qué has querido transmitir con ella.

Cuenta la historia de dos hombres granadinos, Lorenzo de Elvira y Gil López que tienen que huir de Granada y de dos burgalesas, la marquesa de Valdivielso y Dorita que salen de su ciudad para llegar a Madrid. Ambas parejas coinciden con la proclamación de Carlos III como rey de España. A lo largo del reinado de Carlos III estas dos parejas sufrirán mucho cambios, divertidos, diferentes e inesperados. Carlos III es uno de los personajes centrales pero también lo son Madrid y Granada como ciudades que describo con su imagen del siglo XVIII y en donde recreo la vida cotidiana de ese momento.

5) ¿Se ha publicado en papel o en digital? Dinos con qué editoriales y no dudes en poner su página web para que podamos conocerlas.

Se ha publicado por Ediciones B, también en digital. http://www.edicionesb.com/catalogo/libro/carolus_4354.html

6) Sigamos con tu experiencia como escritora, cuéntanos qué técnicas o trucos usas para escribir tus novelas. ¿Eres de las que se documenta exhaustivamente, de los que lo tienen todo bien atado antes de escribir o prefieres la espontaneidad?

Un poco de todo, el principio siempre tiene que estar bien atado, con una estructura histórica que te sirva de guía pero luego los personajes toman forma y se rebelan, esto es totalmente cierto, a veces no sabemos cómo va a transcurrir la historia hasta que no te pones a escribir. Escribir en una profesión en la que adquieres experiencia con la disciplina pero también necesitas de inspiración pues es, por encima de todo, creatividad.


7) Preséntanos a tus personajes preferidos. ¿De cuál de ellos te has enamorado?

Entre los personajes ficticios están las dos mujeres, la marquesa de Valdivielso y Dorita, que son contrarias en todos los conceptos. Una es frívola y la otra es pura razón y responsabilidad. Ambas me resultan muy cómicas. Pero el personaje que más me ha encandilado es Carlos III, tiene una personalidad apasionante que desconocía que tuviera.

8) Las ideas surgen como chispas, a veces nos vienen cuando menos nos lo esperamos. ¿De dónde partió la idea de escribir esta historia?

Me sentía presionada por mi entorno, querían que escribiera sobre Madrid y buscando lo mas madrileño que pude, que era la fuente de La Cibeles y la Puerta de Alcalá, di con Carlos III. Encontré grandes posibilidades literarias en recrear su vida y los acontecimientos que tienen lugar en su reinado, varios de ellos con Granada como protagonista, como las falsificaciones de Juan de Flores o la catalogación de las Antigüedades Árabes de España.

9) ¿Por qué crees que esta novela merece ser leída?

Todas las novelas merecen ser leídas, pero esta aporta una originalidad a las mías anteriores y es su carácter picaresco y desenfadado. Está escrita para que podamos sonreír sin que por ello dejemos de disfrutar de una novela histórica.

10) Déjanos abrir boca. ¿Nos permites leer un trocito de ella? 

« Se levantaba el monarca a las seis menos cuarto avisado por su ayuda de cámara, fuera el día lluvioso, cálido o gélido, fiel siempre a sus costumbres de no alterar las horas.

Acompañado de su médico, de su boticario y cirujano se lavaba sus partes visibles y dejaba vestirse por sus sirvientes, siempre con buen ánimo y con algún chascarrillo, si era necesario. Sus trajes eran invariablemente del mismo color o muy parecido para facilitar la elección, si acaso y si la situación lo exigía, introducía el sastre algún botón de preciosas piedras, pero no más. Siempre iba con gorro, más no dentro de palacio, con peluca sí. Y así ataviado se desayunaba dos jícaras de chocolate, que era gran vicio el que tenía.

Lleno el estómago pasaba a oír misa y al terminar las confesiones, ya eran quizás las siete, momento para visitar a sus hijos y esposa, ahora más relajada y vestida para ser vista por todos. 

El encuentro le animaba a empezar la tarea regia, que era siempre de ocho a once y muy concentrado se dedicaba a España desde su gabinete, bien hablando con los ministros o con los consejeros o con ambos. Y si estos se desmandaban en el habla o demoraban las contestaciones no lo permitía, porque había que seguir el orden de las cosas, aunque fueran importantes porque más relevante era el tiempo que marcaba el reloj.

Después prefería hablar con el Príncipe de Asturias, su hijo, que aunque no muy avispado necesitaba apoyo moral para, seguidamente, pasar a recibirlo él por su confesor, fray Joaquín Eleta.

Tanta actividad le daba mucha hambre pues aunque flaco desde la niñez tenía robusta el alma y tanta reflexión le consumía la esencia de los alimentos desde por la mañana.

Así que llegaba el medio día y se producía el espectáculo. Cierto era que no le gustaba tanta payasada pero a los súbditos hay que tenerlos contentos y como se divertían…qué le costaba a él seguir la moda. 

Le ponían un huevo, lo primero, pasado bien por agua. Un lacayo le entregaba una cucharilla reluciente y con ella clic clac, clic clac, daba golpecitos muy certeros a lo largo de la cáscara hasta conseguir introducir la cucharilla en sus tiernas carnes haciéndolo más famoso que el que fuera de Colón. 

Desde el primer día en que lo realizara los lacayos, criados, consejeros y allegadizos que tenían obligación de estar presentes le aplaudieron con sumo gusto la extravagancia, tomando como costumbre tamaña estupidez cada día del año. El pobre monarca, al que no le gustaba nada tanta pérdida de tiempo, se conformaba al menos con servir de distracción a sus muchos hijos y consentía, como padre benévolo y hacedor.

─Qué poder tiene un solo huevo…─reflexionaba─ ¿Veis, querida Amalia? ¡Con qué poco se conforman! ¿Pues no me agradecerán más adelante que les limpie las calles y les levante monumentos a la sapiencia ilustrada? »

viernes, 24 de marzo de 2017

TEATRO GRAN CAPITÁN


Granada, 25 de septiembre, 1927.

El friso de la cornisa que remata la cabecera del templo del monasterio de San José junto a otras cubiertas anexas del mismo convento, por dicha idénticas a las que vemos en nuestros días, nos revelan incontestablemente que este combate pugilístico tuvo lugar en la fecha arriba mencionada justo en el vecino teatro Gran Capitán, hoy desaparecido y por entonces con ocho años de andadura desde la fecha de su inauguración, en junio de 1919. Dado que nunca llegó a techarse el núcleo del aforo central reservado al patio de butacas con una cubierta de fábrica estable, imágenes como ésta de algunos de los espectáculos celebrados en su interior dejaban perfectamente visibles parte de los edificios próximos de más altura como los situados en la inmediata plaza de las Descalzas. El alveolo que había dejado vacío el deplorable desmonte y desmantelamiento de la Casa de los Córdova de esta su originaria ubicación fue aprovechado rápidamente por el nuevo propietario del histórico inmueble, don Ricardo Martín Flores, para acrecentar con este nuevo coliseo sus conocidos negocios en nuestra capital destinados al ramo del ocio y, sobre todo, a la explotación comercial del más innovador y prometedor de los espectáculos de nuevo cuño como el del cinematógrafo, ya iniciada por este mismo empresario en 1914 con la construcción del cine Regio en la vecina calle Escudo del Carmen. Por lo que respecta al origen, ciertamente poco infausto, de este nuevo teatro se encuentra igualmente complicado en la vorágine de una crisis que estalló en nuestra ciudad al comienzo de ese mismo año que lo vio nacer, los turbulentos y luctuosos sucesos de febrero de 1919. Al promotor y padre de la criatura, el señor Martín Flores, cuyos cargos y militancia política le habían costado el saqueo de su cine Regio en lo más crudo y violento de los motines de dicho mes, no se le ocurrió otro medio de congraciarse con las desempleadas e iracundas masas obreras que hacerse con la propiedad del antiguo y deshabitado inmueble con vistas a ésta y a otras miras de aprovecho lucrativo más personal. Por una parte, con el noble propósito de aliviar el paro gracias a las obras que supondrían la demolición del antiguo caserón y su sustitución por nuevas edificaciones así como, un vez perpetrado semejante atropello justificado por tan loable intento, con el de permitir a su benéfico promotor y patrón el disfrute de un nuevo local justo en esta zona del centro entonces tan revalorizada gracias a la proximidad de la reciente Gran Vía. En una estrategia hábil y rápida de hechos consumados, la operación pasó a vías de hechos y, por descontado, de derechos con el resultado visible que, pasados ocho años y en temporada casi estival, vemos recogido en el plano de la fotografía, por cierto algo diferente a lo que nos han transmitido referencias e incluso descripciones dedicadas a este teatro tan sui generis. De las peinetas decorativas que jalonaban toda la fachada expuesta a lo largo de calle Sierpe no aparecen restos visibles en la imagen ni, por supuesto, del envés de parte de su cara externa, muy cuidada y monumental en sus accesos, datos todos estos aportados por D. Salvador M. Arias Romero en su documentada monografía dedicada a las salas de cine de nuestra ciudad. Mucho más rudimentario y sin las dimensiones y calidad señoriales de la embocadura de su escenario, blasonada con las mismas armas que durante tantos siglos ostentó la fachada del palacio de los Córdova, la fotografía solo capta los elementos más usuales y corrientes en esta suerte de competiciones deportivas como son los combates de boxeo que no requieren tanto envoltorio ni tramoya teatral. A semejante fin el aire circense de este establecimiento descubierto se prestaba de la mejor manera y no está de más señalar esta circunstancia porque es precisamente en este capítulo de lo estrictamente deportivo donde estriba en gran medida el valor documental de la fotografía. Así como de espectáculos de masas más tradicionales sí que tenemos cumplida y extensísima noticia, como son los toros u otros actualmente casi extintos como las peleas de gallos, del boxeo a penas contamos en nuestra ciudad con testimonios gráficos que, de aparecer en tan tempranas fechas, suponen un documento verdaderamente valioso para ilustrar la historia de todo el deporte profesional practicado y desarrollado en nuestra ciudad. El hecho de contar, además, con el dato seguro de la fecha en que fue tomada la fotografía proporciona una felicísima ayuda para glosar de un modo breve pero seguro este raro episodio que ofrecemos inserto en nuestra colección fotográfica. En la casi preceptiva consulta a números de prensa publicados ese mismo día nos sorprendió vernos inmersos en un domingo de septiembre tan granadino como el del último mes del nuevo otoño que traía detalladas y fervorosas columnas consagradas a la procesión de la Virgen que iba a tener lugar esa misma tarde. Con ocasión de la coyuntura festiva abundaba la publicidad de cines y teatros en programaciones de muy diverso género desde espectáculos de zarzuela enmarcados en ventanas publicitarias de cierto tamaño y cuidado ribete hasta otros muchos redactados con estudiado disimulo en tipografía muy discreta y acompañados de una lacónica reseña de sus títulos y horas de programación, como era esperable, mucho más tardías de lo habitual. En el teatro Gran Capitán con anterioridad a lo que hoy día se llamaría la sesión pícara, iban a librarse en el cuadrilátero que vemos en la imagen dos primeros combates entre amateurs granadinos, sin más precisiones, como preliminar al plato fuerte de la velada, un enfrentamiento entre el campeón de España amateur de los welter, el púgil alicantino Juan Pastor Catalán, flamante deportista olímpico en la reciente edición de París de 1924, y un tal Ubeda, presentado como campeón del cinturón de Madrid. Hemos buscado alguna fotografía de los contendientes, especialmente del más conocido de ellos, pero no hemos dado con ninguna para identificar, en la medida de lo posible, si uno de los púgiles retratados correspondía a la de estos nombres. No obstante, en el mismo suelto anunciador del evento sí que aparece un nombre muy popular por entonces, el del campeón nacional de peso pluma, Ricardo Alís Ortiz, casi un ídolo nacional entre los aficionados a este deporte que pocos días después iba a pelear en nuestra ciudad sobre este mismo ring en lo que parecía una exhibición o gira nacional tras su sonada tournée por los estadios americanos. Pero, sin dejar esta misma jornada cuyos lances deportivos ha perpetuado este raro cristal, abrimos aún más esta curiosa ventana de la gaceta deportiva local con otras noticias sobre el mismo deporte igualmente previstas para ese mismo día en el contexto de lo que parece, como lo llamaba la prensa deportiva, un auténtico festival pugilístico. De uno de los tres combates organizados en un local desmontable llamado Teatro Circo, muy probablemente ubicado en el Humilladero, iba a proclamarse campeón de Granada en esta disciplina Eugenio y Luis Mirón cuya trayectoria, por otra parte, desconocemos. Sí que queremos citar otro nombre de ese mismo cartel, el del boxeador granadino Fernando González Jeromo, que en este último recinto iba a medirse con otro conocido campeón lusitano casi al mismo tiempo que se ventilaban estos rounds en el seno descubierto del teatro Gran Capitán. Suponemos que el avispado empresario de esta arena polivalente, el D. Ricardo Martín, alias el Merengue, había contraprogramado a esa hora sus tres combates para restar o repartirse la numerosa afición que podía concurrir entre los aficionados de nuestra ciudad a ambas peleas vespertinas de tanto tirón por entonces como bien revela la afluencia visible en la foto. Por pura casualidad, el mismo número de El Defensor, a pocos centímetros de estos deportistas nacionales y locales estampaba el nombre de una celebridad internacional de este mismo deporte, el francés Georges Carpentier, que acompañado de otros ases del celuloide, hoy míticos, Douglas Fairbanks y Harold LLoyd, en cuyos films había hecho algún cameo, realizaba una visita a Granada casi de incógnito y destapada, como sin querer, por el dueño de unos almacenes de la calle Reyes donde firmarían algunos autógrafos. El empresariado de nuestra ciudad, por lo que se ve, hilaba muy fino en la promoción y propaganda de sus negocios y comercios. 

DÍDIMO FERRER.





viernes, 17 de marzo de 2017

CRÓNICA DE LA RUTA SOBRE "CAROLUS" DE CAROLINA MOLINA

El día 11 de marzo a las 10.30h de la mañana, comenzamos la ruta por los escenarios granadinos de la novela histórica «Carolus» de Carolina Molina, recientemente publicada por Ediciones B. 


Carlos III, uno de los personajes centrales del libro, compite con Lorenzo de Elvira y Gil López, los dos granadinos de esta divertida historia. Gracias a ellos conseguimos elaborar un itinerario interesante y bastante desconocido ambientado en el s. XVIII, sus costumbres y curiosidades.

El siglo de las pelucas y de los cortejos, de los tontillos y el lunar de terciopelo, se apoderó de las calles de Granada. Desde la Plaza de Mariana Pineda comenzamos a recorrer un periodo muy desconocido de esta ciudad, el de la Ilustración, momento histórico en el que aún quedaban restos de viejos monumentos, como el castillo de Bibataubín y la puerta cercana de la que tomó su nombre. 

En la Rondilla de Granada, es decir, en los alrededores de la Plaza del Campillo, por donde aún pasaba el río Darro y se encontraba la Puerta de la Rambla, luego llamada del Rastro y finalmente Puerta Real, imaginamos cómo era la vida de los actores y actrices que representaban en el coliseo cercano. 

Antes de llegar a la Plaza de Bib Rambla ya conocíamos a Carlos III y a su esposa María Amalia íntimamente, con sus costumbres diarias y peculiaridades. El niño rubio que sostenía Isabel de Farnesio, su madre, en este cuadro se hizo hombre e impulsó la modernización de las ciudades dando alas a los mejores arquitectos del momento. Las calles se iluminaron, se sanearon, se embellecieron.


Carlos III fue proclamado rey en Granada un 20 de enero de 1760 y al llegar el momento de la tremolación de la bandera frente a la Casa de los Miradores en la Plaza de Bib-Rambla, con el consabido « ¡Silencio! ¡Silencio! ¡Oíd!» se convirtió también en rey granadino.

Para este rey madrileño pero forjado en experiencia italiana no le era desconocido el carácter andaluz. Que se sepa vivió unos meses en la propia Alhambra junto a sus padres buscando la serenidad de espíritu que le faltaba al gran Felipe V, su progenitor. Tal vez por eso amparó con gran entusiasmo el catálogo de las Antigüedades Árabes de España en donde ilustraron las bellezas arquitectónicas de la Alhambra.

Bajo su reinado tuvo también lugar uno de los hechos más vergonzosos de la arqueología española: las falsificaciones de los hallazgos romanos en el Albayzin. En la ruta se recordó a Juan de Flores y el juicio que terminó en Plaza Nueva con la destrucción de todo lo hallado, pues duda había de diferenciar lo real de lo falsificado.

Por el bosque de la Alhambra, Carolina Molina, fue alternando curiosidades con costumbres del s. XVIII, llegando ya al Carmen de los Mártires en donde era obligada una foto de grupo junto a Carlos III, es decir, Carolus.




domingo, 5 de marzo de 2017

PRESENTACIÓN DE "CAROLUS" Y RUTA HISTÓRICO LITERARIA


CAROLINA MOLINA, NUESTRA QUERIDA CODIRECTORA Y VICEPRESIDENTA DE NOVELHIS, PRESENTARÁ EL PRÓXIMO JUEVES, 9 DE MARZO, A LAS 19:30, EN EL CUARTO REAL DE SANTO DOMINGO SU NUEVA NOVELA: "CAROLUS". 
EL SÁBADO 11 DE MARZO GUIARÁ UNA RUTA POR LOS ESCENARIOS GRANADINOS DE "CAROLUS". 
¡ESTÁIS TODOS INVITADOS!

NOVELHIS.






JORNADAS DE NOVELA HISTÓRICA DE GRANADA

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