jueves, 28 de abril de 2016

ESPIAS, MECENAS Y ESCRITORES: LOPE, CERVANTES Y QUEVEDO

El pasado 23 de Abril daba comienzo la Feria de Libro de Granada y como no podía ser de otra forma, las Jornadas de Novela Histórica de Granada quisimos aportar nuestro granito de arena a los actos celebraros en pos de la Literatura. 


La idea surgía meses antes de la mano de Blas Malo y su última publicación: Lope, la furia del fénix; principal culpable de que finalmente se decidiera tratar el tema del mecenazgo en el Siglo de Oro. Para nuestra fortuna, un gran especialista en el tema quiso acompañarnos, Juan Varo, cuya fama como buen profesor pudimos corroborar durante su intervención. 

Con Juan, Blas y una servidora haciendo las veces de presentadora, todo estaba listo para que la mañana del sábado 23 fuese perfecta. Así fue, desde la Sala Zaida, podíamos ver cómo una Granada coronada por un sol radiante, se llenaba de gente que paseaba curioseando entre las decenas de stands. La ciudad entera olía a libro. 

Entre tanto, el interior de la sala también se animaba. Algunas caras conocidas iban llegando junto a otras que se acercaban por primera vez a los actos de nuestra asociación. A todos ellos se irían uniendo algunos curiosos, que tras mirar la exposición de fotografía que nos rodeaba, decían aprender un poco más sobre la ajetreada vida de los artistas en busca de mecenas. 



Juan Varo sería el primero en intervenir. En unos pocos minutos nos situó en el Siglo de Oro, un periodo donde surgirán personalidades tan importantes como las que se iban a tratar pero que, no obstante, vieron su labor creativa cuartada por la necesidad de tener un mecenas que le diera no solo sustento económico sino también un lugar en la corte. 

Como era inevitable en el año cervantino, el autor del Quijote sería el primero en entrar en escena. Juan nos mostraba a un hombre al que la mala suerte persiguió a lo largo de toda su vida y a quien le costó encontrar mecenas tras sus continuos cambios de bando a nivel político. Así vivió el autor cumbre de la Literatura Universal, ensombrecido por la figura de Lope e incomprendido en su época. 

Llegaba ahora el turno de Lope de Vega a quien Blas Malo conoce muy bien. Para el dramaturgo español por excelencia, tampoco fue fácil la labor de encontrar un mecenas y mucho menos uno que apreciara su arte. Pasó por la protección del duque de Sessa y el duque de Alba, ambas alianzas muy necesarias, pues los líos de faldas ya le habían metido en problemas en varias ocasiones. 

Las aventuras y desventuras de Lope y Cervantes consumieron el tiempo y apenas unas líneas quedaron para hablar de Quevedo, al que al menos pudimos esbozar como un personaje atípico. 

El protagonista de una de las rivalidades literarias más conocidas sin duda merece mucho más que unos pocos minutos; sin embargo, al igual que cuando se viaja a un nuevo lugar, siempre has de dejar algo sin visitar como excusa para volver, puede que haber dejado en el tintero a Quevedo nos sirva para encontrarnos en otra ocasión.




lunes, 11 de abril de 2016

LOS VERSOS EN EL ESPEJO DE LA HISTORIA: K. P. KAVAFIS

Un artículo de Carlos Martínez Carrasco, profesor de Historia Medieval de la Universidad de Granada y del Centro de Estudios Bizantinos, Neogriegos y Chipriotas.


Uno de los grandes poetas de la Grecia moderna, compartiendo escenario con Elytis y Seferis, no nació en la península, en Europa. Konstantinos Petros Kavafis (m. 1933) pertenecía a la diáspora, a la que los griegos se refieren como la homogeneia. Era un egiptiota, un griego nacido en la capital del helenismo, en la Alejandría todavía mestiza que miraba al Mediterráneo, consciente de ser un cruce de caminos entre tres continentes que se dan la mano en el Delta de Nilo, sin entender de diferencias religiosas o políticas, sólo arropados por el manto común de la cultura. Aún no habían llegado los tiempos del nacionalismo que todo lo simplifica.



No es Kavafis sólo un poeta lírico, que canta a un yo poético, y ahí quedan para atestiguarlo poemas capaces de conmover a personas de diferentes generaciones y orientaciones sexuales –es conocido el carácter homoerótico de muchas de sus composiciones–. La calidad de Recuerda, cuerpo..., Ojos azules o Grises está fuera de toda duda. Junto a ellos, hay otros que tienen como materia prima la Historia, que sirve como un espejo en el que ver reflejada la propia realidad, la del poeta y la de los lectores de cualquier época. El uso de la Historia como tema poético es una característica que Kavafis comparte con otros muchos poetas griegos, incluso de la actualidad. Es soberbio el poema que Dimitris Aggelis dedica a la caída del Muro de Berlín y el hundimiento del bloque comunista, que se puede leer en castellano gracias a una granadina, Virgina López Recio.

En sus poemas históricos, el alejandrino buscaba retratar el mundo híbrido que dejó tras de sí Alejandro Magno, a medio camino entre Oriente y Occidente, que en parte hereda Roma, pero que se dan la mano en el Imperio bizantino, donde Asia y Europa entablan una relación a veces difícil pero siempre fructífera. Bebe de la Historia, pero también bebe del mito, del paganismo que se tambalea frente al cristianismo.

Todo podría empezar y terminar con Ítaca.

A pesar de ser el mismo mar, el Mare Nostrum de los romanos, se ve de manera diferente al Egeo del mar que baña nuestras costas. Sentado en una playa cualquiera del Ática entendí aquello del « vinoso ponto » que cantaba Homero, aunque quizás se debiera a una simple sugestión de quien viaja acompañado de lecturas. Y sin embargo, no eran sólo los versos del aedo ciego los que se me venían a la memoria. Recordaba sobre todo a Kavafis. Yo también era un Ulises cualquiera con mis ítacas particulares, albergando a mis propios lestrigones, cíclopes y poseidones con los que batallar. La búsqueda constante de algo de sabiduría, de un puerto seguro al que arribar después de una larga y azarosa travesía, antes de emprender el viaje de nuevo, tal vez el postrero al que cantaba ese otro caminante ligero de equipaje que era Machado, supone el mejor resumen de lo que fuimos, de lo que somos. Una metáfora de los siglos de Historia, de los pueblos que pasaron y se rindieron por ese mar que sigue contemplándonos como un testigo mudo.

Las ruinas, antiguas y contemporáneas que acechan en las ciudades recuerdan que siempre hemos esperado a los bárbaros que no llegan nunca, pero justifican nuestra inacción. Impacta la imagen de nuestros próceres sentados en el ágora, vestidos con sus mejores galas y recubiertos con toda la parafernalia de su cargo para amortiguar su fracaso, revistiéndose con un falso aire de superioridad para impresionar a quienes no ven más que como un puñado de extranjeros ignorantes. Tras todo el oropel, el dorado y la púrpura –¿nuestra burbuja de comodidad?– no hay nada, tan sólo el vacío. Un decorado que se mantiene en pie porque existe un público al que apabullar, al que dar una falsa sensación; un enemigo imaginario que sirve para que nada se derrumbe, para que nada cambie.

Hay en la poesía de Kavafis un tono elegíaco, como de fin de ciclo. Es el trasfondo de El dios abandona a Antonio, en el que se mete en la piel del general derrotado en Accio. Pero realmente, la protagonista es la ciudad de Alejandría de la que se tiene que despedir Antonio. Supone un ejercicio de estoicismo que exige afrontar con entereza los reveses, sin lamentarse por las ocasiones perdidas ni dejarse engañar por espejismos. Una entereza cuyo reflejo está presente en Teófilo Paleólogo, recreando de manera sutil los últimos instantes del Imperio bizantino, antes de la caída en manos otomanas. Es un poema en el que Kavafis describe una atmósfera angustiosa, desesperada, sin caer en el patetismo ridículo del historicismo más ramplón. «Quiero morir antes que vivir» se convierte en el epitafio no sólo del héroe bizantino sino del mundo al que pertenece. No ahorra críticas a la sed de poder de personajes como Ana Comneno o Juan Cantacuzeno, como tampoco oculta la pobreza que palidece al lado de la dignidad de los emperadores. Y cuestiones que creemos sólo afectan a nuestro tiempo, como las quejas por los excesos del poder, ya están presentes en los versos del poeta alejandrino.

La Historia, en Kavafis, adquiere una dimensión diferente. Al contrario de lo que pueda suceder con una narración en prosa, se dota de una sensibilidad nueva. Se hace un poco más humana, al apelar a la experiencia particular. Merece la pena detenerse en sus versos, cerrar los ojos e imaginar las lágrimas vertidas por los caballos de Aquiles, capaces de conmover a Zeus.




lunes, 4 de abril de 2016

LUIS ZUECO NOS HABLA SOBRE ÉL Y SOBRE SU NOVELA "EL CASTILLO"

1) Entre tu primera novela «Rojo amanecer en Lepanto» y la última «El castillo» han pasado cuatro años y medio, ¿qué crees que ha cambiado en el mundo del libro desde entonces?

Cuando empecé no conocía muy bien el ámbito literario, así que no me atrevería a decir que ha cambiado, sí puedo decir que yo he aprendido, he conocido excelentes compañeros, lectores y editores; he encontrado mucho apoyo, porque la realidad es que todo esto es un mundo difícil y me han ayudado mucho a ir progresando en él.



2) Cuéntanos qué o quién te impulsó a escribir.

El deseo de contar historias y sobre todo de vivir otras vidas a través de mis personajes, lo más importante para mí siempre son los personajes.

3) ¿Qué sacrificaste o sacrificas a diario para poder escribir?

Dejé mi trabajo de ingeniero para hacer otras cosas más creativas, entre ellas escribir.

4) Háblanos de tus novelas de género histórico y si tu experiencia te ha ayudado a escribir tu último trabajo «El castillo».

Desde luego, «El castillo» estaba entre mis planes desde el principio, pero quería escribir otras novelas antes. Quería aprender, saber bien como era todo este mundo antes de lanzarme a escribir esta novela que es tan importante para mí y ahora ya era el momento. «El castillo» es un proyecto muy ambicioso.

5) «El castillo» se centra en la construcción del castillo de Loarre. ¿Qué te ha sido más complicado, documentarse sobre la época en que transcurre la historia o sobre los métodos constructivos usados para levantar el castillo?

Sin duda sobre los métodos constructivos, infinitamente más. Documentación sobre la época hay mucha, pero de como se construía un castillo monumental prácticamente nada. Hubo que hacer mucho trabajo de campo, hablar con arqueólogos, arquitectos, albañiles, carpinteros, canteros,…


6) Preséntanos a tus personajes preferidos de la novela. ¿De cuál de ellos te has enamorado?

Las dos mujeres: Ava y Eneca, ellas son el alma de la novela. En una época tan masculina como la Edad Medía y en un trabajo tan de hombres como la construcción, estas dos mujeres brillan con una luz especial. Son los personajes más misteriosos y fuertes, debían serlo si querían sobresalir en esa época y ese ambiente opresivo.

7) Tus lectores se preguntará: ¿Cómo surgió la necesidad de contar esta historia?

Loarre estaba pidiendo una novela a gritos. Al mismo tiempo, yo echaba de menos una trama ambientada en la construcción de un gran castillo y la época es una de las más apasionantes: nacimiento de reinos y dinastías, cambio de rito religioso, inicio del concepto de cruzada y personajes como Eneca y Ava, que estaban gritando por salir a la luz.

8) El autor no debe ser un ente solitario ¿Qué crees que puede hacer un escritor ante la crisis? Aconseja a los escritores noveles y si tu experiencia es amplia, también a los que no lo son.

No creo ser el más adecuado para aconsejar a nadie, solo creo que no hay que perder nunca la esperanza y que hay que pensar a largo plazo: Roma no se hizo en un día. Y por supuesto, como todo en al vida, que hay que buscar apoyos, compañeros y aprender todo lo posible.

9) Quizás conozcas las actividades que llevamos realizando como Asociación Jornadas de Novela Histórica de Granada desde hace tiempo. ¿Qué te parece nuestro trabajo? ¿Crees que es útil para la literatura histórica?

Desde luego, las jornadas son una oportunidad magnífica para conocer otros escritores, reflexionar sobre el género, atraer público. Lo único que lamento es no poder asistir a ellas por la lejanía, quizá en la próxima edición.

10) Ha sido un placer contar contigo en este blog. Te deseamos mucha suerte pero antes de despedirte cuéntanos qué estás preparando ahora y qué proyectos tienes en mente.

Estoy trabajando en dos proyectos, uno de ellos está ambientado en un contexto histórico alejado de la Edad Media y además tiene mucho de novela negra.

JORNADAS DE NOVELA HISTÓRICA DE GRANADA

JORNADAS DE NOVELA HISTÓRICA DE GRANADA

JORNADAS DE NOVELA HISTÓRICA DE GRANADA

JORNADAS DE NOVELA HISTÓRICA DE GRANADA