martes, 31 de mayo de 2016

ANTONIO CALLEJÓN RESPONDE A NUESTRO CUESTIONARIO PARA AUTORES

1) Entre tu primera novela y la última, ¿qué crees que ha cambiado en el mundo del libro?

Aunque no es la primera que he escrito, mi primera novela “El último amor del Gran Capitán” se acaba de publicar en diciembre de 2015. No tengo referencia de años anteriores.

2) Cuéntanos qué o quién te impulsó a escribir.

Siempre me ha gustado escribir. De más joven escribía poesía, pero fue hace unos cuatro años cuando me decidí a escribir novela histórica. El hecho de ser historiador me ha ayudado en el proceso de la documentación.

3) ¿Qué sacrificaste o sacrificas a diario para poder escribir?

Normalmente no suelo sacrificar nada ya que no lo veo como un sacrificio. Escribo cuando tengo tiempo libre y estoy inspirado para que vaya surgiendo la idea que tengo en la cabeza. Hay temporadas en las que escribo mucho y otras muy poco.

4) Háblanos de tus novelas de género histórico. Cuántas has escrito y dinos cuál te proporcionaron mayores satisfacciones.

Hasta este momento solo he escrito “El último amor del Gran Capitán”, pero me ha proporcionado muchas satisfacciones mientras la estaba escribiendo, y ahora que está en la calle aún más. Lo que más me gusta es cuando alguien que la ha leído refiere algún pasaje y me dice que se ha emocionado al leerlo.

5) En la actualidad proliferan los encuentros literarios y certámenes en donde se habla del género histórico. ¿Has participado alguna vez en algunas jornadas de novela histórica? Si es así dinos cómo fue tu experiencia.

He participado en varias y todas han sido muy positivas. He conocido a lectores muy interesados en este género y de hecho los comentarios de los autores me han animado a sentir que yo también podía escribir una novela.


6) ¿Y del ebook, qué opinas? 

Personalmente no lo uso porque prefiero el papel, ya que hago anotaciones en los libros. Pero sé que mucha gente lo prefiere y es útil. De hecho tengo amigos que solo leen ya en ebook.

7) Sigamos con tu experiencia como escritor/ra…cuéntanos qué técnicas o trucos usas para escribir tus novelas. ¿Eres de los/las que se documenta exhaustivamente, de los que lo tienen todo bien atado antes de escribir o prefieres la espontaneidad?

En cuanto a la documentación, busco todo lo relacionado con el hecho histórico y la ambientación para procurar que no haya ningún fallo de personajes, productos, fechas, etc…

Pero en cuanto a la redacción no tengo un esquema totalmente cerrado. De hecho conforme iba escribiendo la novela fueron naciendo ciertos personajes secundarios y acciones que se necesitaban en la trama y que no estaban planeados al principio.

8) Preséntanos a tus personajes preferidos. ¿De cuál de ellos te has enamorado?

Además de la esposa del Gran Capitán, protagonista de la novela, uno de mis personajes favoritos es la esclava Maroua. De hecho, me inspiré en una alumna que tuve en Marruecos para describir al personaje, y quizá por ello es al que más cariño le tengo.

9) Enséñanos tu trabajo ¿tienes página web? ¿Podemos leer on-line algún capítulo de tus libros?

“El último amor del Gran Capitán” tiene su página web, en la que vamos colgando la información de los actos de presentación y algunas curiosidades históricas de los personajes que protagonizan la novela.

10) El autor no debe ser un ente solitario ¿Qué crees que puede hacer un escritor ante la crisis? Aconseja a los escritores noveles y si tu experiencia es amplia, también a los que no lo son.

Ante las dificultades siempre es mejor unirse.

11) Quizás conozcas las actividades que llevamos realizando como Asociación Jornadas de Novela Histórica de Granada desde hace tiempo. ¿Qué te gustaría que hiciéramos por ti?

Personalmente, difundir mi trabajo lo más posible y estar en contacto con otros escritores con los que compartir experiencias y proyectos.

12) Ha sido un placer contar contigo en este blog. Te deseamos mucha suerte pero antes de despedirte cuéntanos qué estás preparando ahora y qué proyectos tienes en mente.

Ahora mismo tengo en mente retocar la primera novela que empecé a escribir y que creo que necesita muchos cambios. Además he empezado a documentarme para comenzar la tercera, pero eso ya cuando la segunda esté terminada.

miércoles, 25 de mayo de 2016

J. CARLOS MARTÍNEZ RESPONDE A NUESTRO CUESTIONARIO PARA AUTORES

Pregunta. ¿Cómo se llama tu nueva novela?

Respuesta. El proceso de los justos.

P. Dinos, lo más resumido que puedas, cuál es el tema central de tu novela, en qué tiempo se desarrolla y qué has querido transmitir con ella.

R. La historia que cuento en El proceso de los justos es coral, una especie de novela río con tres «brazos» que al final acaban confluyendo. Más que una novela histórica al uso, con grandes personajes, como reyes, validos, prelados… me interesaba recrear el ambiente de una época como la segunda mitad del siglo XVII, en plena guerra con Portugal. Buscaba sobre todo reflejar la sensación de fin de época, las tensiones dentro de una ciudad, entre distintos grupos sociales, las ansias por alcanzar el prestigio y los deseos por parte de otros de no perder su posición en un mundo cambiante. Tampoco queda al margen, no podía hacerlo, el fanatismo religioso y su instrumentalización. Quería reflejar a unos personajes zarandeados por sus pasiones, para bien y para mal. Es una novela en la que el amor y el desamor desempeñan un papel fundamental.


P. Los autores nos encariñamos con nuestros personajes. Háblanos de ellos y dinos cuál es tu preferido.

R. Creo que son representativos de su época. Desde el inquisidor racionalista a la monja alumbrada, pasando por el mercader que acaba comprando un título nobiliario, una práctica muy usada por la monarquía hispánica para obtener ingresos. Lo cierto es que pasas mucho tiempo con ellos mientras estás escribiendo, convirtiéndose en unos compañeros invisibles. Vas caminando por la calle y le estás dando vueltas al pasaje de turno, imaginando la escena, los diálogos, los movimientos… Acabas con una humedad sospechosa en los ojos cuando pones el punto y final. Así que, es un poco difícil elegir a uno solo. El protagonista, Guzmán Montenegro, tal vez sea a uno de los que más cariño le tenga. Me salió como una especie de conde de Montecristo, que se mueve muchas veces empujado por las circunstancias, enamorado de una mujer, Ana, con la que no puede estar abiertamente. El reverso de Montenegro, sería el caballero de Alcántara, don Félix de Almansa… Y al antagonista, el arcipreste Santiago, representando la manipulación sin escrúpulos para alcanzar sus objetivos. Pero, sobre todo, las mujeres que desfilan por las páginas de esta novela. Ninguna de ellas ha tenido una vida fácil. Todas ellas, tanto Águeda como María, Mirena o doña Blanca, son luchadoras, sin necesidad de un hombre que las proteja. El que despertará probablemente ciertas simpatías sea Pico y el Chucho, una pareja entrañable.

P. Las ideas surgen como chispas, a veces nos vienen cuando menos nos lo esperamos. ¿De dónde partió la idea de escribir esta historia?

R. Fue muy curioso, y está mal que lo diga, porque nació en una clase sobre historia de la vida cotidiana en la Edad Moderna. Estaban contándonos cómo eran las celebraciones del Carnaval y comencé a imaginar el primer pasaje de la novela. La algarabía de la celebración, los dos enmascarados… Pero, sobre todo, de muchas lecturas, del género histórico o no, que te van afianzando en eso de escribir.

P. Sigamos con tu experiencia como escritor. Cuéntanos, qué técnicas o trucos usas para escribir tus novelas. ¿Eres de los que se documenta exhaustivamente, de los que lo tienen todo bien atado antes de escribir o prefieres la espontaneidad?

R. Tiene que haber una base. Como decía antes, más que una documentación exhaustiva, lo que hace falta previamente es un bagaje literario. Saber cómo se tiene que contar una historia, y eso sólo se aprende habiendo leído mucho. Para El proceso… tiré mucho de los clásicos del Siglo de Oro, de novela picaresca, del teatro de Lope de Vega, de Cervantes… fueron ellos los que me permitieron construir los tipos que buscaba. Luego estaban los ensayos sobre Historia moderna… No soy de los que lo necesitan todo atado y bien atado. Parto de una idea y más o menos sé cómo se va a ir desarrollando la trama, aunque a veces me llevo sorpresas, porque los personajes te van indicando cómo has de conducir la narración: es fundamental no traicionarlos. Pienso que hacer novela no es un simple ejercicio de redacción. Jamás aplicaría esos esquemas simplistas sobre estructuras y demás que según algunos aseguran el éxito. La literatura no puede ser un producto enlatado que se le sirve a los lectores/consumidores. Tiene que estar viva y transmitir emociones. Una vez me dijeron que escribo más con las tripas que con la cabeza.

P. La novela histórica es un trabajo muy arduo. ¿Cuánto tiempo te llevó documentarte y recopilar todos los datos suficientes para desarrollarla?

R. Quizás por mi oficio, el de historiador, esa parte fuese una de las más sencillas. Conocía más o menos la materia, sabía a qué libros acudir, cuáles desechar… Además, la documentación la fui haciendo al mismo tiempo que iba escribiendo, así que eran las necesidades de la historia las que marcaron este aspecto. Una duda en cómo era la ropa, suponía una tarde entera en la biblioteca de Letras, ojeando libros de pintura barroca con unas cuartillas al lado. Tampoco quería abrumar con datos excesivos, no era cuestión de demostrar a quienes leyeran la novela que era un experto en tal o cual aspecto. Al hacer novela, me interesan otras cuestiones que pueden quedar oscurecidos por un caudal de datos que no aportan nada sustancial a la historia. Prefiero dotar a los personajes de una cierta profundidad –no sé si siempre lo consigo– que recrearme en los detalles. Hay muchas novelas históricas impecables en este aspecto técnico, pero cuyos personajes son muy planos, sin aristas. Eso no me interesa.

P. ¿Qué fue lo más anecdótico que te encontraste en esta documentación?

R. Tuve que aprender un poco el lenguaje de germanías, cómo era un interrogatorio de la Inquisición e incluso algo de esgrima. Pero una de las cosas que más me llamó la atención fue comprobar la cantidad de alumbrados y alumbradas que había en los conventos españoles. Cuando se leen los versos de Teresa de Jesús, se comprueba el alto grado de erotismo que había en la cultura española del Siglo de Oro a pesar del control inquisitorial. Otra cuestión llamativa, que aparece en la novela, son las prostitutas y la Cuaresma… Pero sobre todo la existencia de una violencia estructural tremenda, en especial la que se ejercía contra los inmediatos inferiores. Era tremendo el escaso valor que tenía la vida humana.

P. ¿Se ha publicado en papel o en digital? Dinos con qué editoriales y no dudes en poner su página web para que podamos conocerlas.

R. Se publicó en digital, en Bubok. Cuando la terminé y empecé a moverla por varios sitios, después de que varios amigos la leyeran y me dieran el visto bueno. La respuesta de las editoriales y las agencias era casi siempre la misma. Estaba bien escrita, enganchaba, pero… no era el momento. Eso cuando contestaban. Estábamos en lo más duro de la crisis y se buscaba lo seguro. Nadie iba a apostar por una primera novela de un escritor desconocido sin ningún respaldo. Metí la novela en un cajón hasta que un día leí un artículo sobre esta plataforma y decidí probar suerte. Y hasta el momento, no le ha ido mal. Se ha defendido bien. Que de haber salido en papel su recorrido hubiera sido otro, es posible, pero tampoco se puede asegurar. Una cosa que tenía clara era que no quería pagar por publicar. La novela se puede descargar en: http://www.bubok.es/libros/190396/El-proceso-de-los-justos

P. Y del ebook, ¿qué opinas?

R. Después de haber publicado en digital, creo no puedo decir nada malo. El debate entre el libro digital y en papel es artificial. El primero jamás acabará con el segundo, porque suponen dos experiencias completamente diferentes. Personalmente, sigo siendo un romántico al que le gustan los libros tradicionales, más que nada por el ritual que llevan aparejado. El ebook remite a la inmediatez, a un mundo mucho más rápido.

P. Déjanos abrir boca. ¿Nos permites leer un trocito de ella?

R. Claro que sí: «Montenegro se quedó observando al hombre y a la mujer que se alejaban a pie. Aún le quemaba en la mejilla el beso inocente que le había tirado al aire ella, como una estocada certera en plena conciencia. Había perdido por completo la noción de la realidad, olvidándose de que había venido acompañado. Miró a su alrededor pudiendo comprobar que la gente ya se había marchado y que sólo quedaban él y sus dos acompañantes, que se habían retirado varios pasos por cortesía. Tanto el barón, que mantenía su gallarda pose con un poco menos de pomposidad, como Jaime, lo estaban esperando disimulando mal sus ganas de saber quién era aquel hombre y sobre todo y más importante, aquella mujer ante la que se había quitado el sombrero. No permitió don Basilio que Montenegro echase a andar para salirle al encuentro y detenerlo en seco, posando su manaza sobre el hombro. Ambos hombres se miraron fijamente a los ojos, obviamente no era una situación que a Guzmán Montenegro le agradase mucho y así pareció entenderlo el de Quiñón, que apartó la mano de su hombro, sin perder en ningún momento la sonrisa nerviosa de quien ha sido sorprendido en falta, su mirada glauca decía mucho más de lo que jamás dirían sus labios. 

–Hay que saber reconocer la belleza… y saludarla como es debido, –les dijo, sarcástico, para satisfacer su curiosidad.

Con un gesto indicó al barón que continuase caminando, que no se detuviese. Se había percatado de lo embarazosa que resultaba para el noble la situación, su curiosidad se había topado de bruces con el carácter seco y brusco de Montenegro, a fin de cuentas, no era culpa suya que don Basilio tuviese la malsana costumbre de meter sus distinguidos hocicos en donde no lo llamaban. El asunto de aquella mujer parecía haberle aguijoneado la curiosidad a más de uno, aunque algunos, como Jaime, parecían haber aprendido la lección sobre no meterse en camisas de once varas, y más cuando éstas les eran ajenas»

sábado, 21 de mayo de 2016

JAVIER TAZÓN RESPONDE A NUESTRO CUESTIONARIO PARA AUTORES

1) Este cuestionario lo leerán muchas personas, algunas no te conocerán. Preséntate a tus nuevos lectores.

Nacido para narrar en el año del Señor de 1953, hijo y nieto de cuentacuentos, es padre y abuelo también de cuentacuentos. Cree que lo que diferencia a un escritor de un redactor es, precisamente, la vis narratoria, la capacidad para comunicar. Si juntas letras crearás frases, si juntas frases crearás párrafos, si juntas párrafos harás novelas, pero sólo con eso no atraparás al lector; a este sólo se le puede meter en tu historia con un artilugio similar a los cazamariposas llamado imaginación. Te lo da Natura, no Salamanca.

2) Entre tu primera novela y la última han pasado….(meses, años)…qué crees que ha cambiado en el mundo del libro desde entonces.

Desde la publicación de El Trujal hasta la de Scala han pasado ocho años. Han sido los años de un cambio radical que aún no se ha consumado. La aparición del formato electrónico y la reorganización del mercado como consecuencia de la crisis están en los polos de este proceso.

3) Cuéntanos qué o quién te impulsó a escribir.

Caramba con la preguntita. Hubo de todo, en especial influyó el fin de mi actividad profesional como abogado.

4) Háblanos de tus novelas de género histórico. Cuántas has escrito y dinos cuál te proporcionaron mayores satisfacciones.

Mis novelas históricas son las siguientes:

i. El cartógrafo de la reina (Kattigara 2010)

ii. Las rutas del norte (Kattigara 2011)

iii. El mapa perdido (Kattigara 2014)

iv. Scala, la leyenda de un pueblo (Kattigara 2015)

v. Cantabromaquia (Kattigara 2014)


5) ¿Cómo se llama tu nueva novela?

El mapa perdido, y es la culminación de la trilogía sobre Juan de la Cosa, el cartógrafo que llevó a Colón hasta las nuevas tierras. Las otras dos son: El cartógrafo de la reina y Las rutas del norte.


6) Dinos, lo más resumido que puedas, cuál es el tema central de tu novela, en qué tiempo se desarrolla y qué has querido transmitir con ella.

a. Son, en realidad, tres novelas en una, con Juan de la Cosa como tema central: El mapa perdido, El dado de marfil y La galera de Zamba. Se pueden leer de forma separada y no importa el orden. Entre una y otra también hay documentos y materiales complementarios. 

b. Trata del entramado central de la vida del marino. 

c. Pretendo con ella dar una visión novedosa del Descubrimiento, en la que la crítica histórica y lo real maravilloso tengan su lugar.

7) En la actualidad proliferan los encuentros literarios y certámenes en donde se habla del género histórico. ¿Has participado alguna vez en algunas jornadas de novela histórica? Si es así dinos cómo fue tu experiencia.

Acabo de participar en las Primeras Jornadas Literarias de Bilbao, en las que la novela histórica se impuso por el simple hecho de que la mayoría de los participantes trabajábamos este género. Estábamos de acuerdo en mucho y, sobre todo, en la necesidad de mantenernos en contacto y de intercambiar experiencias. Creo que la soledad del escritor es uno de sus graves problemas.

8) ¿Y del ebook, qué opinas? 

No superará al papel. Lo normal es que quienes somos profesionales de la lectura (y todo escritor debería serlo por definición) lo hacemos por tierra, mar y aire, es decir en papel, en electrónico y en el ordenador.

9) Sigamos con tu experiencia como escritor…cuéntanos qué técnicas o trucos usas para escribir tus novelas. ¿Eres de los que se documenta exhaustivamente, de los que lo tienen todo bien atado antes de escribir o prefieres la espontaneidad?

Como he sido abogado urbanista, uso símiles constructivos. Primero calculo las casas que caben en un predio (Idea original, chispa creadora). Segundo, levanto el PROYECTO BÁSICO (El argumento central, la diégesis). Tercero, trazo un PROYECTO DE EJECUCIÓN (Las decisiones narrativas, focalización, tiempo verbal, tiempo interno y externo, y concreciones generales). Cuarto, distribuyo el material en UNIDADES DE EJECUCIÓN (por trancos, partes y capítulos). Quinto, redacto ESTUDIOS DE DETALLE (Minuciosas relaciones, o escaletas, de varios capítulos). Sexto, el ALZADO (tomo el esquema minucioso del primer capítulo y escribo; la imaginación desbocada al principio, tras tanto filtro procedimental, ha quedado limitada a la fuerza del torrente narrativo, que no es poco, sin que llegue nunca a desbordarlo); Séptimo, se levanta el segundo piso repitiendo la operación anterior, y así sucesivamente. La dificultad no está en escribir, sino en revisar. Escribir es borrar y rehacer.


10) Déjanos abrir boca. ¿Nos permites leer un trocito de ella? 

¡Que me place!... Así comienza

« Los tres peticionarios salen con trabajo de entre la multitud que los aprisiona. Un heraldo acaba de pronunciar sus nombres con voz poderosa, inapelable, como será la del ángel en el Día del Juicio. Por fin ha concluido la sofocante espera. Van para dos las horas que doña Isabel ha dedicado hoy a recibir las peticiones de nobles, hidalgos y ricoshombres. Los altos ventanales de la sala de recepciones, cedida por el Bastión de Laredo, son de vidriera sellada y nadie se atreve a sugerir que quede franca la puerta que da a la calle, pues sabido es que la reina sufre de corizas y estornudos a la más leve corriente. Grandes manchas de sudor adornan los sobacos de quienes esperan, ataviados con sus mejores galas, resignados a sufrir calor e incomodidad y cercados por una guardia adusta a la que no conviene irritar. El aire ha desaparecido, achicado por el tufo ácido del sudor humano. Huele a polvo amostazado, a angustia e irritación. «Juana del Corral Cachupín, Juan de la Cosa Vizcaíno y el escribiente Lope de Haro, vecinos de El Puerto de Santa María», repite aún más alto el paje. La reina gira la cabeza para ver mejor a quienes se aproximan, pues ha escuchado, ahora con nitidez, unos nombres que le resultan familiares. Retira con brusquedad su mano de los labios del último peticionario y se incorpora. Con movimientos majestuosos baja del estrado para recibir en persona a los recién llamados, lo que admira a sus sudorosos súbditos, pues es la primera vez, en varios días, que rompe el protocolo; el último personaje a cuyo encuentro salió la soberana fue, nada menos que don Gonzalo Fernández de Córdoba. «Es el Cartógrafo de la reina», se oye comentar. «Sí, así le llaman». «Es el nieto de don Gonzalo, el de Santoña», dicen a su paso, «sí hombre, el viejo de La Cosa, el que ven ció a los de La Verde; y ella es su mujer, la Cachupina, muy rica, sí». «Dicen que con su dinero se ha levantado esta lonja». «Es gente muy poderosa». «Ya lo creo, ya». «Dicen que ha vuelto de la India». El golpe seco de una alabarda contra el suelo disipa las murmuraciones.»

miércoles, 18 de mayo de 2016

REZA EMILIO JUMA NOS RESEÑA SU NOVELA "EL LEGADO DEL PRÍNCIPE DE CACHEMIRA"

Todos los escritores, al finalizar una novela, deseamos ser el centro de atención. Anhelamos las opiniones rápidas de los lectores y la reseña positiva de los críticos que impulsen nuestra obra a ser leída por todos. Pero esto no siempre sucede. ¿Alguien se ha preguntado qué siente el novelista al finalizar su obra? ¿Cómo definiría su trabajo una vez publicado?

Este cuestionario pretende transmitir la visión del escritor. Le preguntaremos sobre su novela y le daremos la oportunidad de promocionarla y hacerse autocrítica. En definitiva, será su manera de convencernos para que leamos su novela.

HOY NOS PRESENTA SU OBRA… Reza Emilio Juma
1) ¿Cómo se llama tu nueva novela?

El legado del príncipe de Cachemira 

2) Dinos, lo más resumido que puedas, cuál es el tema central de tu novela, en qué tiempo se desarrolla y qué has querido transmitir con ella.

La novela está basada en el siglo X y se trata de un príncipe, Gita, de Cachemira en el norte de la India que vive en una aldea perdida en las montañas. Es descendiente de Alejandro Magno y Roxana, una princesa persa. Por inquietudes sabe que tiene que salir y conocer el mundo pero esperaba que le llegara una señal. Esa señal viene cuando le llega una embajadora andalusí de Sevilla y le habla de al-Ándalus y la ciudad de Córdoba, ciudad más avanzada y del máximo esplendor en la época. Con esta embajadora se da cuenta que tiene que dejar atrás un legado pero aún no sabe cuál es y decide embarcarse en una aventura cruzando medio mundo para llegar hasta al-Ándalus pasando por todo el Oriente Próximo y el mundo Mediterráneo. El viaje que transcurre a lo largo de triente años se convierte en una búsqueda de su verdadero ser y toca cuestiones esenciales de la vida como el amor, el sufrimiento y la fe. Conoce a personas míticas y legendarias de la época como guerreros, poetas, princesas, faraonas, esclavos, y hasta el mismo califa Abderramán III. Estas relaciones que forja son claves en su supervivencia y a la vez aprende las costumbres de la gente que son distintas que las suyas. A la vez se ve enfrascado en situaciones amorosas, divertidas, graciosas, comprometidas y por supuesto trágicas. El lector vive todas estas experiencias a flor de piel porque la novela está escrita en primera persona y es como si el propio lector vive cada una de ellas. La cuestión esencial de la novela es cuál es el verdadero legado que tiene que dejar atrás el príncipe y si llega a cumplir con su destino. 

3) ¿Se ha publicado en papel o en digital? Dinos con qué editoriales y no dudes en poner su página web para que podamos conocerlas.

Editorial Nazarí y en papel

4) Los autores nos encariñamos con nuestros personajes. Háblanos de ellos y dinos cuál es tu preferido.

Sin duda el propio protagonista es el personaje más destacado y el sirve como un espejo para el lector mientras viaja por todas estas tierras analizando y aprendiendo las costumbres de cada puerto y ciudad donde llega. Vive todas las emociones en esta aventura y sufre por ser un extranjero y por ser diferente por todo es un aprendizaje tanto para él como para el lector. Reconozco que el personaje con quien más me encariñé era Maryam, la esclava catalana quien resida en el Alcázar de Sevilla. 

5) Las ideas surgen como chispas, a veces nos vienen cuando menos nos lo esperamos. ¿De dónde partió la idea de escribir esta historia?

En las pasadas navidades acababa de terminar una gira de cuatro meses con mi primera novela Mil Besos y necesitaba un tiempo descansar. Llegué a México, donde resido ahora y decidí hacer un viaje a Mérida las pirámides alrededor. Así de la nada, en este viaje, empecé a montar esta historia pieza por pieza como un puzle. Tenía la cabeza llena de ideas, como si fuera una fuerte inspiración y no me quedaba más remedio que escribir para desahogar todo lo que tenía acumulado. También soy un fanático de la historia, constantemente pienso y hablo de acontecimientos históricos de todo el mundo así que fue una experiencia bastante divertida. 


6) La novela histórica es un trabajo muy arduo. ¿Cuánto tiempo te llevó documentarte y recopilar todos los datos suficientes para desarrollarla?

Como soy historiador ya dominaba el contexto y la idea general de que pasaba en el mundo en el siglo X y con esa base añadía más en mis investigaciones. La investigación podía suponer un 25% de la obra, o sea, de unas 700 horas que invertí en la obra unas 200 horas era investigación. Pero no lo considero como deberes en sí porque me fascina y era un proceso de aprendizaje para mí. Lo más divertido era la hora de escoger los personajes históricos de la época y convertirlos y moldearlos a mi gusto según las conveniencias y necesidades de la novela como cómo si les diera vida. 

7) ¿Qué fue lo más anecdótico que te encontraste en esta documentación?

Aprendí muchísimo acerca de la historia de España, sobre todo acerca de las cuestiones de al-Ándalus. España se siente muy identificada con la religión católica y mucha gente ve a los andalusíes como invasores sin embargo el catolicismo llegó con unos invasores barbaros, los visigodos, quienes impusieron la religión. El imperio romano tomó esta decisión para controlar la península ibérica y así acabaron con todas las civilizaciones anteriores como los suevos, vándalos, y alanes. Los musulmanes llegaron desde el norte de África pero los verdaderos fundadores de al-Ándalus eran sirios y solo llegaron unos 150 años después que los visigodos, o sea, apenas dos generaciones. También está muy equivocado relacionar el islam y lo arbe con al-Ándalus porque era una civilización basada en una mezcla de bizantino, visigodo y árabe. También en cuestiones de religión, había más cristianos viviendo en al-Ándalus que en los Reinos Cristianos y los mozárabes jugaban un papel esencial y crucial en la sociedad. También aprendí que Cataluña, la Marca Hispánica, existía mucho antes que Castilla y eran aliados cruciales del califa de al-Ándalus. 

8) ¿Por qué crees que esta novela merece ser leída?

Es una historia trepidante que embarca todas las emociones y experiencias. Describo en mucho detalle las escenas de erotismo, las batallas, las guerras y el lector siente la pasión, la tragedia, la violencia, la traición y sobre todo amor. Además a lo largo de todo el viaje de treinta años el lector constantemente está aprendiendo. Es como aprender una lección de historia a la vez pasándolo bien viviendo la aventura de un príncipe en una novela de ficción. 

9) Déjanos abrir boca. ¿Nos permites leer un trocito de ella?

El libro toca todas las emociones y todas las cuerdas pero el mayor orgullo que siento es por las escenas románticas. Pensé en poner una escena erótica pero al final prefiero el romanticismo y los que lean la novela tendrán la oportunidad de saborear esas escenas en solitario. 


Después de pasear por los jardines y recoger flores, solía volver a la cama cuando Maryam aún estaba dormida como un brote acurrucado y a punto de resplandecer con dos lunas cristalinas. Mientras permanecía en ese estado de somnolencia, vestía su cuerpo desnudo con los pétalos de las flores que había cogido en el jardín. Le colocaba un lirio o una azucena en el pelo detrás de la oreja, un color diferente por cada día de la semana, y luego adornaba su cuerpo con mirtos, margaritas, camomilas, violetas, narcisos y alhelíes. Observaba su cuerpo desnudo apenas tapado por finas mantas de seda y flores. Me parecía fascinante cómo entraba la luz del sol por el hueco de la ventana, directa a sus delicados tobillos y subía por sus piernas y caderas, iluminando las flores que adornaban su cuerpo. La luz amarillenta llegaba hasta su cuello, la parte más tierna; su barbilla fina y sus labios, que escondían la puerta de su alma; su nariz, perfectamente esculpida, y los ojos... Cuando la primera luz del sol llegaba a sus ojos, producía un ligero efecto de fuego ardiente que hacía que la princesa abriera las lunas cristalinas poco a poco, pero el sueño la vencía y los volvía a cerrar. Intentaba esconder la sonrisa porque sabía que estaba allí mirando, porque sentía las flores por todo su cuerpo. Aún con los ojos cerrados, respiraba hondo inhalando todo el perfume natural de las flores y se daba la vuelta tímidamente. Ella sabía que su león estaba en la esquina observando, pero no sabía cuál sería mi siguiente movimiento. Yo solía permanecer en los cojines de la esquina del cuarto simplemente observando, o me acercaba a la cama para apreciar mi tesoro de cerca. Era sin duda la flor más bonita de todo mi jardín y ella lo sabía, algo que me hacía saber con su sonrisa que intentaba esconder. Y entonces, pronunciaba la primera palabra del día, siempre era la misma, una palabra tan sencilla y tan común que solo ella podía convertirla en una perla con su voz celestial de princesa: «Ho-la», y sonreía de nuevo diciéndome que estaba bien y era feliz. 
Cuando ya se despertaba del todo y los delicados dedos de sus pies tocaban las lozas de mármol, la bañaba en un mar de besos tiernos y apasionados, y luego le preparaba otro baño de agua caliente que traía de los baños de vapor. La cogía en brazos metiéndola suavemente en el agua tibia llena de nenúfares y pétalos de rosa. Sacaba la esponja de mar, traída de los océanos griegos del Egeo, y se la pasaba por cada milímetro de su piel. Cuando terminaba, la secaba con mantas de algodón teñido de Egipto . Había veces en las que después del baño aún estaba dormida o en un estado de relajación como si fuera una gata con los ojos cerrados. Encargaba a los alquimistas hacerme aceites de los narcisos, jazmines y rosas que recogía del jardín y con estos aceites masajeaba todo su cuerpo, desde los dedos de los pies hasta los hombros, y luego su cabello, y otra vez los hombros y el cuello. Definía esa primera hora de la mañana, cuando empezaban a abrir sus lunas de porcelana, como «la hora de la princesa». Seguí ese rito cada uno de los días de mi vida con ella. 

Un día, mientras estaba sentada peinándose, me fijé en su extraordinaria belleza y de la nada apareció otra mujer justo a su lado, una igual de bella que ella. Me obsesioné con la hermosura de esta otra mujer y me sentí culpable por haber pecado alzando una mirada de lujuria en otra. Me sentí avergonzado. Con sentido de culpabilidad, celosamente me acerqué a Maryam y me arrodillé ante ella para estar a la altura de su cabeza. Escondí la cara en sus voluminosas mechas castañas con destellos pelirrojos como el sol. De la timidez agachó la cabeza, pero delicadamente le sujeté la cara de porcelana entre mis dedos, alzándola hacia arriba para que viera su imagen en el espejo. 

—Ojalá me miraras como cuando te miras en el espejo, porque la única que podría medirse con tu hermosa belleza es tu propio reflejo. 





JORNADAS DE NOVELA HISTÓRICA DE GRANADA

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